lunes, 1 de agosto de 2011

¿Al fin libres?


La pasada medianoche del 9 de Julio, el contador del nuevo reloj que preside una de las rotondas más centrales de Juba llegó a cero tras contar los días, horas y minutos que faltaban para la independencia de la región sur de Sudán. "Al fin libres", se ha podido leer en la pantalla del reloj. 50 años de conflicto entre Norte, de población musulmana, y Sur, de población negra mayoritariamente cristiana, conflicto que además de poseer tintes genocidas, ha supuesto más de 2 millones de muertos y 4,3 millones de desplazados en los últimos 16 años y en el que "los niños soldado" han sido protagonistas. Sudán del Sur, un país mayor que la península ibérica, es ahora el más joven del mundo.
Unos 30 jefes de Estado africanos y decenas de delegados internacionales presenciaron los actos oficiales. Las medidas de seguridad fueron enormes y es que la tensión entre Norte y Sur se mantiene aunque hace ya seis años que ambos firmaron la paz de una guerra que duraba desde 1983. Aún quedan importantes temas por resolver, como el propio trazado de la frontera o la cuestión de la ciudadanía. Pero son el petróleo y los conflictos en Kordofán del Sur y en Abyei, el uno de población mayoritariamente negra y el otro mitad árabe mitad negra, las cuestiones más preocupantes y que oscurecen el nacimiento del nuevo país. A esto habría que añadir la díficil situación en la que se encuentran los étnicamente sudistas nacidos en el norte.
A partir de hoy, Sudán del Sur pasará a controlar alrededor del 75% de los campos petrolíferos que antes administraba Jartum. Para complicar aun más la situación, las refinerías y los oleoductos se encuentran en el Norte, por lo que ambas partes se necesitan. Pero el nuevo país no quiere depender de sus vecinos del Norte y consecuentemente la posible pérdida de ingresos del petróleo es una de las consecuencias más graves para el Norte.

Además gran parte de los campos petrolíferos que quedarán en territorio Norte están en la fronteriza y conflictiva provincia de Kordofán del Sur, que contribuye con unos 115.000 barriles diarios al cerca de medio millón que producía el Sudán unido, según cifras del Ministerio sudanés para el Petróleo. En este la presencia del MPLS (Movimiento Popular de Liberación de Sudán), grupo guerrillero cuyo objetivo en un origen fue establecer un Sudán democrático y mejorar la situación del Sur, es la más notable en todo el territorio Norte.
Hasta aquí la información que podríamos leer en cualquier periódico como "El País", "El Mundo"...y sorprendentemente también en otros como "Rebelión" o el "Gara", en los que pudo el componente nacionalista y el patriótico sobre su, en teoría, distintivo carácter crítico.
Más concretamente el artículo de Gara acababa con un feliz "colorín colorado": Juba, la capital del país, que ha duplicado su población durante estos días, ha sido remozada y adornada con pancartas y letreros en los que se anuncia que Sudán del Sur es "al fin libre".
O sea, que como tienen bandera propia y límites geográficos teóricamente reconocidos, ya son “al fin libres”. Esta independencia ha podido haber tenido otras claves más cruciales y oscuras que la  simple "demanda del pueblo".  Analizémoslas:                          
En primer lugar, quizá fuese conveniente empezar con un poco de historia energética.
En efecto, Sudán, que era un país pobre y sin aparentes recursos energéticos, comienza a explotar petróleo hace pocos años. Concretamente, según el Statistical Review of World Energy de la multinacional British Petroleum, en el año 1993, pero el verdadero salto productivo arranca con el nuevo siglo y de la mano de empresas chinas.
 En pocos años, este desconocido país se coloca con una producción de medio millón de barriles diarios. Resulta curioso observar cómo las matanzas de Darfur comenzaron en 2003, bastante en coincidencia con los descubrimientos y puestas en producción de los yacimientos petrolíferos más importantes de Sudán.
Aunque en este caso British Petroleum no ofrece datos más que de la producción de petróleo y dice no tener datos del consumo interno, la Energy Information Administration (IEA) de EE.UU. sí ofrece datos de producción, consumo y por diferencia, exportaciones.
Se ve claramente en este caso que en la era previa a la explotación sistemática del petróleo el aumento del consumo interno, como en casi todos los países productores sometidos al dictado de los que poseen la tecnología y los medios de extracción, transporte y comercialización, se debe fundamentalmente al autoconsumo de la industria petrolífera y no a la mejora de las condiciones de vida de sus ciudadanos.
Un artículo de la página web especializada en energía The Oil Drum (www.theoildrum.com), titulado “la partición de Sudán puede aumentar la producción de petróleo", aporta algunos elementos claves que quedan generalmente fuera del escrutinio de los medios occidentales y esta vez, lamentablemente también fuera del artículo de Rebelión y Gara. Veamos algunos de ellos:
1. La Agencia para la Información de la Energía de EE. UU. (EIA, por sus siglas en inglés), hace notar que en 2009 las exportaciones de petróleo representaron más del 90% de los ingresos del exterior. Por ello, cantar alegorías a que el sur del país “es libre, por fin”, cuando se están extrayendo de forma tremenda medio millón de barriles diarios que terminan en consumos ajenos, es, cuando menos, un sarcasmo.
 2. Se ve que la producción de petróleo comienza a dispararse cuando el oleoducto de 1.600 Km se pone en funcionamiento. Éste atraviesa el país desde donde se encuentran la mayor parte de los yacimientos, en el Sur ahora independizado, hasta Port Sudan, donde se ubica la terminal de embarque del crudo, en el Mar Rojo, en la que ahora es el Sudán del norte desgajado. 
4. Ésta ha sido, sin duda, una fuente enorme de disputas. La generación de flujos monetarios importantes y la forma en que se intentaba pillar un trozo de la tarta que venía del cielo, es lo que ha hecho que los principales beneficiarios (los grandes consumidores y empresas multinacionales explotadoras), hayan manipulado groseramente los conflictos étnicos y religiosos en su propio interés. Es algo que casi siempre sucede donde hay recursos en países sin desarrollar.
5. Sobre todo, resulta de lo más sospechoso que en medio de las tensiones sobre la independencia, se esté programando cuidadosamente un oleoducto alternativo de salida hacia el sur, con salida por el puerto keniano de Mombasa. Si bien este trayecto es técnicamente más corto en unos 200 km. menos que el existente a Port Sudan, la necesidad de bombear el fluido a las tierras altas de Kenia tiene también su complicación técnica y costes elevados. Está claro que esta ruta alternativa se hace para ganar en independencia respecto de Sudán del Norte, pero no necesariamente por parte de los ciudadanos o gobiernos de Sudán del Sur, sino más bien, de una lucha estratégica por variar las influencias de los grandes grupos multinacionales petrolíferos, en lucha cada vez más encarnizada por los menguantes recursos petrolíferos mundiales.
6. Concluía The Oil Drum haciendo ver que la influencia actual en esa construcción de infraestructuras petrolíferas, que fue tan aparentemente tranquila y rápida, para tratarse de un país en pleno conflicto, estaba repartida en un 40% con intereses chinos, un 30% de Malasia y un 25% por India; es decir un control casi absoluto y silencioso que había conseguido levantar de la nada una producción de petróleo que llega a los 500.000 barriles diarios y que espera conseguir unos 2 millones de barriles diarios para 2015. Así, a la chita callando, los asiáticos, con los chinos a la cabeza, han conseguido en Sudán, con una infinitésima parte de los costes, no sólo económicos, sino militares y de vidas humanas, mucho más que lo conseguido por los Estados Unidos en su  estruendosa expedición en Irak.

Por todo esto sería conveniente mantenerse escéptico ante toda noticia que nos pueda llegar al respecto de Sudán del Sur puesto que hasta Gara y Rebelión se hayan alineados con los demás medios de comunicación occidentales. 
Es evidente que los mayores beneficiarios de este cambio telúrico en Sudán no van a ser los países asiáticos mencionados. Me temo que tampoco lo serán los desangrados sudaneses del sur, y mucho menos sus antiguos connacionales de mayoría árabe y musulmanes del norte. Habrá que mirar, más probablemente, a los que ya están dando palmas de alegría con las orejas, que aparte de la totalidad de los medios de comunicación occidentales incluyen a ciertas celebridades de renombre como Mr. Nespresso, George Clooney. Buscando en Google encontramos fácilmente sus proyectos solidarios, advertencias de movilizaciones de armas, denuncias de ataques de las Fuerzas Armadas de Sudán. Todo ello, por supuesto, para velar por los derechos humanos, de Sudán del Sur por supuesto, y para conseguir “una nueva nación” en Sudán. Por lo visto, no considera necesario Clooney monitorear las actividades de su propio ejército en los países que invade y los destrozos que causa con ello.
Sería deseable, por último, que el muy respetable independentismo vasco empezase por tener en consideración que en las sociedades modernas, entre las que podríamos incluir a España y al País Vasco, hay un nuevo concepto que supera al de la independencia nacional clásica: se trata de la enorme interdependencia que se ha dado esta nueva forma de civilización industrial y tecnológica. Hoy no hay nadie realmente independiente; todos somos interdependientes. Tanto España, con un 89'4% de dependencia energética, como el País Vasco, con 95'5%, de acuerdo con los datos dados por sus respectivos gobiernos, forman parte de esta interdependencia. 
Cabe preguntarse, por lo tanto, si los intercambios que hoy se producen en el mundo (entre otros con Sudán, por ejemplo) para la adquisición de ese bien preciado que es el petroleo, o de otros muchos bienes y servicios que provienen de países muy explotados y de los que disfrutamos en Occidente, son los adecuados o son más bien muy injustos.
¿Al fin libres? Insisto: ¿tener bandera propia y límites geográficos teóricamente reconocidos  si te mueres de hambre, de guerra, de miseria trabajando por unos recursos que producen millones y millones de los cuales jamás verás un centavo, significa ser libre? Yo al menos tenía otra idea de libertad.















Fuente: adaptación de los artículos por José Miguel Calatayud ( "Sudán el Sur celebra el nacimiento de un nuevo país", El País - 9 Julio 2011) y por Pedro Prieto ( "Rebelión, Gara y Sudán del Sur", alasbarricadas.org - 15 Julio 2011)


http://www.elpais.com/articulo/internacional/Sudan/Sur/celebra/nacimiento/nuevo/pais/elpepuint/20110708elpepuint_10/Tes 
http://es.wikipedia.org/wiki/Sud%C3%A1n_del_Sur

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