jueves, 4 de agosto de 2011

Crisis? What Crisis?


  

Artículo escrito por Mercè Guillén Garcés:


Crisis? What Crisis? es el cuarto álbum del grupo británico Supertramp publicado en 1975 y supuso el primer trabajo de estudio en ser grabado en Estados Unidos.
  Como el tema que nos ocupa hoy tiene que ver con la crisis y con Estados Unidos, me ha venido a la memoria la exquisita música del grupo británico.
  Desde 1917 hay un límite legal al monto de endeudamiento de la Administración de Estados Unidos -techo de la deuda- , introducido para controlar los esfuerzos destinados a financiar la I Guerra Mundial. Desde entonces se ha elevado hasta doce veces.
  La fijación de ese límite es una competencia del Congreso, que además controla el compromiso de gasto del gobierno y la capacidad  para subir los impuestos. A diferencia de la mayoría de países que pueden endeudarse ilimitadamente.
  El techo actual de la deuda es de US$14,3 billones y fue alcanzado en mayo, pero mecanismos legales han permitido aplicar una prórroga que terminó el dos de agosto.
   El déficit público de Estados Unidos equivale, en 2011, a un 11% de su Producto Interior Bruto (PIB). La economía se ha sustentado durante años en el consumo, y el mecanismo para seguir consumiendo ha sido seguir endeudándose. Pero ahora las cuentas comienzan a ser insostenibles.
  El Banco Central Europeo ha llegado a asegurar que el impago de un país pequeño como Grecia podría ser tan catastrófico como la caída de Lehman Brothers; por tanto, es difícil medir el alcance que tendría una suspensión de pagos de Estados Unidos. El gigante asiático –China-, con 1,15 billones de dólares (823.684 millones de euros) en bonos del Tesoro estadounidense, es su mayor acreedor y no ha tardado en pedir responsabilidad al Gobierno norteamericano.
  ¿Qué impedía alcanzar un acuerdo a demócratas y republicanos en Estados Unidos? Ambos coinciden en que es necesaria una reducción del déficit, pero mientras Obama propone un plan que combina reducción del gasto y aumento del ingreso los republicanos no contemplan la posibilidad de aumentar los impuestos y solo proponen reducción del gasto. Mientras no había acuerdo, los republicanos no permitían un aumento en el techo de la deuda.
  Esta situación aumenta la probabilidad de que las agencias calificadoras de la deuda (la conocida Moody’s entre otras) rebajen la valoración de los bonos norteamericanos, que se ha mantenido -durante más de 70 años- en la máxima AAA.
  Fueron los moderados, de uno y otro lado, (el sonado Tea Party quedará por lo tanto fuera)  los que lograron la proeza de unir fuerzas y alcanzar el, tan deseado, acuerdo en el último momento. El compromiso contempla recortes de gastos públicos en una década por un total de 2,4 billones de dólares en dos etapas y una extensión de la deuda por la misma cantidad y plazos.
    Barack Obama es un presidente blando y excesivamente conciliador. "Siempre empieza las negociaciones situándose a mitad de camino, y a medida que el otro se corre a la derecha, él le sigue en esa dirección", se quejaba ayer el economista Paul Krugman.
  Queda de manifiesto la incapacidad de una clase política de responder a intereses globales en función del bien común, no solo del país sino también del mundo entero.
  ¿Olvidamos que tanto la política como la economía son instrumentales? No tienen el fin en sí mismas, el fin es el bien común. Cabe recordar que la política es un servicio y cuando se convierte en poder pierde su  valor.
  Las instituciones, los países, las sociedades, etc. son comunidades de personas y corresponde a ellas cambiar el mundo. Es importante recuperar el sentido de comunidad, y no conjunto de individuos aislados, y, como decía Aristóteles, donde la mejor de las virtudes es la de una cierta amistad entre sus miembros.
  “Crisis? What Crisis?” o “What kind of Crisis?” Sirva de reflexión.




1 comentario:

  1. Gran artículo Emilio. ¿te acuerdas de la frase "pan para hoy y hambre para mañana"? Subir el techo de la deuda estadounidense supone rellenar los depósitos de pan hoy para, dentro de unos años, volver a encontranos con el mismo problema. Eso sí, dejado como herencia a las nuevas generaciones. Te planteo la siguiente pregunta: en lugar de poner parches a la economía mundial, ¿puede ser la solución dejar que la burbuja estalle y reconstruir desde cero un sistema que, como estamos viendo, no funciona?

    P.D: Buen gusto musical ;)

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