domingo, 6 de febrero de 2011

Tiempos de cambio...

Se viven tiempos de incógnita e incertidumbre por el norte. La izquierda abertzale parece haber llegado a la conclusión de que la lucha armada ya no tiene cabida en nuestros días, y a la conclusión de que necesita desmarcarse de ETA, para lograr estar presente en las próximas elecciones. ETA, por otro lado, también a logrado ver que su lucha contra esa "represión" que ya no existe, se ha vuelto anacrónica. Y el Estado (tanto el español como el francés), aprovechan estos momentos de  "debilidad" para intentar erradicar todo vestigio de lo que fuera Batasuna y su entorno (hago referencia a las continuas detenciones que se están realizando de manera interesada y muchas veces también injustificada).
Después de tanto esperar a que haya una oportunidad de pacificar y democratizar el escenario político de Euskal Herria, y los políticos en lo que se centran no es en lograr un acuerdo de paz sino en ganarse votos (ya que las detenciones son lo único que han hecho mas o menos bien) eliminando definitivamente del mapa a ETA, algo que no van a conseguir. Se sienten omnipotentes, y ahora quieren vengarse de ellos por todo lo que han hecho. Pero con la ley del "ojo por ojo, diente por diente", está más que demostrado que no se llega a ningún lado. Por otra parte ETA, pretende entrar en negociaciones, como igual, con el Estado para llegar a firmar un acuerdo de paz, que la izquierda abertzale ya ha dado a entender como sería: pincha aquí. De este "Bake bidean aterabide demokratikoak orain" me gustaría destacar lo siguiente:
-La declaración de ETA de un alto el fuego permanente, unilateral y verificable por la comunidad internacional como expresión de voluntad para un definitivo abandono de su actividad armada.
-La desaparición de todo tipo de amenazas, presiones, persecuciones, detenciones, y torturas contra toda persona por razón de su actividad o ideología política.
-El cese de la política penitenciaria que se sigue contra los presos y presas políticas vascas, y la necesidad de adoptar un camino que lleve gradualmente a su plena amnistía.
-Necesidad de un reconocimiento, reconciliación y reparación de todas las víctimas, originadas por el conflicto político y la realidad de las múltiples violencias.
-Y por último, subraya la necesidad de que las mujeres, ante la desigualdad de participación existente, como consecuencia del modelo social existente, deben ser sujeto activo de la solución ya que no son ajenas al conflicto. (aspecto muy importante del cual ya hablaremos más adelante).
Delicada es la situación ante la que nos encontramos. ¿Se le debería conceder a ETA la posibilidad de negociar un acuerdo de paz? Las últimas treguas no terminaron muy bien. Pero, por otro lado, ¿se tiene que llevar a cabo esta represión contra todo aquel que haya podido tener el más mínimo contacto con ETA? 
La realidad es esta, ETA no va a entregar las armas. Y no lo va a hacer porque, pese a que la gran mayoría de la izquierda abertzale cree en el cese definitivo de la lucha armada, aún existe un colectivo importante que todavía grita: Gora ETA militarra. Por ahora va a estarse callada una buena temporada para que la izquierda abertzale consiga fuerza política, pero en un futuro, de ser necesario, es decir, en el caso de el Estado intente limitar la libertad de los ciudadan@as vas@s, volvería a tomar las armas. Lo que tiene que hacer el estado, es concederle a la izquierda abertzale democrática la oportunidad de hacerse con el control de todo su entorno de tal manera que consiga movilizarlo a la creencia en las soluciones pacíficas y consiga acallar los sectores más extremos que aún son partidarios de la lucha armada. Y esto que digo, no solo lo defienden miembros de la izquierda abertzale, sino que también lo defiende el tan criticado presidente del PSE, Jesús Eguiguren. En Madrid y en París, muchos políticos se creen unos expertos de esta cuestión, pero en realidad no tienen ni la más remota idea de lo que es el conflicto vasco. El mejor ejemplo de esto es cuando afirman que las manifestaciones a favor de que los presos vascos y vascas puedan estar encarcelados en sus respectivas ciudades, son manifestaciones a favor de "los asesinos de ETA". Si tanta gente va es que tan a favor de ETA no serán. Y es muy fácil hablar mientras vives el conflicto desde fuera, sin estar amenazado o sin sufrir la represión cultural y social generalizada que existe. Pero cuando lo vives desde dentro y tienes amigos presos, familiares asesinados por ETA, amigos torturados por la policía... ya no es tan fácil hablar.
El cambio es ahora más necesario que nunca y para lograrlo es necesaria la actuación coordinada de todos. Y si en Madrid y en París, no quieren  aceptar que la posibilidad de un cambio político de izquierdas y abertzale es una realidad, hagamos que lo comprendan.  El cambio está en las calles compañer@s, ¡salgamos tras él!


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