lunes, 5 de noviembre de 2012

Desorden fiscal creciente


El país está frente a un gran desorden fiscal. Es una situación grave, aún teniendo la posibilidad y facultad legal de emitir moneda casi indefinidamente. Es grave, especialmente, por los desequilibrios en la asignación de recursos y la pérdida de gran parte de los mismos por la enorme ineficiencia predominante en el sector público.
Los recursos tributarios (los que provienen de impuestos) están creciendo al 24% anual (virtualmente al mismo ritmo que la inflación) mientras el gasto público primario (antes del pago de intereses y capital de la deuda) aumenta al 34%.
Las denominadas rentas de la propiedad (utilidades del Banco Central y de la Seguridad Social), que complementan los ingresos tributarios, aumentaron 215% desde 2007. Son la soja de las finanzas públicas.
Paradójicamente, la presión tributaria, tan sólo de los impuestos nacionales, alcanza un récord histórico del 31% del PBI.
La inflación, agrega, en la práctica, una carga tributaria más. El Estado ajusta sus ingresos de manera casi instantánea, en especial a través del IVA, mientras que el público tiene que esperar, en el mejor de los casos un ajuste anual. La falta de actualización del mínimo no imponible también significa en la práctica un aumento de impuestos.
El gasto público primario (sin contar intereses de la deuda) se está expandiendo a una velocidad del 34%.El último trimestre del año será especialmente complicado en materia fiscal y el aporte de recursos, en especial vía expansión monetaria, se acelerará.
Las finanzas de la Argentina para 2013 son caóticas. Cada rubro que se analiza contiene inconsistencias severas.







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