sábado, 18 de agosto de 2012

El guaraní, herencia indígena latinoamericana


Quien haya visto la película “La Misión”, que desde ya recomiendo, todavía guardará en su recuerdo la bellísima banda sonora, y su excepcional fotografía en torno a las deslumbrantes cataratas del Iguazú.  El capitán Rodrigo de Mendoza cargando sus armas y bagajes para expiar la culpa de su pecado, las misiones jesuíticas, y los indios guaraníes que en calidad de testigos afrontaban la llegada de aquellos “barbudos”.  Muy a mi sorpresa, resulta que, pese a todo, una parte muy importante del ente cultural de aquellos pueblos aún sigue vivo, y es que, no de forma minoritaria, aún es hablado el guaraní. 
El guaraní es una de las lenguas amerindias más vivas y la única oficial en un estado Sudamericano (Paraguay). Países vecinos del mismo lo hablan también en parte de su territorio, lo que ocurre en el Chaco boliviano (es lengua oficial de Bolivia desde el 2009), el noreste de Argentina (Corrientes, donde es lengua oficial junto con el castellano, Misiones, Formosa, partes del Este de la Provincia del Chaco, y en puntos aislados de Entre Ríos ) y en la ciudad de Tacuru, en el Mato Grosso brasileño. En total cuenta con entre 5 y 8 millones de hablantes, siendo hablado por más del 90% de los paraguayos, 27% de los cuales son monolingües en guaraní.

La época precolombina

Según investigaciones aceptadas, aproximadamente por el año 3000 a.C. habían tres grandes grupos étnicos que poblaban América del Sur: el de los andinos al oeste, el de los aruakos al norte, y un tercer grupo, posiblemente más populoso, que se ha denominado Tupí-Guaraní, con gran extensión territorial. Al parecer, los tupí-guaraníes por esta época han venido emigrando lentamente desde América Central, hacia el centro de América del Sur, donde se habrían establecido por mucho tiempo, desarrollando un conjunto de lenguas muy bien estructurado, conocido hoy como el tronco lingüístico tupí-guaraní.
Se estima que antes del inicio de la Era Cristiana se generó un nuevo movimiento migratorio expansionista, que produjo una escisión de este grupo que nos interesa. Por una parte, los tupíes iban hacia el este, hasta la costa atlántica, y hacia el norte, tomando el curso del Amazonas y sus afluentes, desarrollando la lengua tupí. Por la otra parte, el grupo de los guaraníes se movía hacia el oeste y sudoeste, tomando la cuenca del Río de la Plata (ríos Paraná, Paraguay y Uruguay), hablando el avañe'ẽ.

Llegan los europeos
La invasión de europeos a América del Sur tuvo efectos devastadores en la cultura indígena. De pronto, la milenaria civilización tupí-guaraní tuvo que enfrentarse al "descubrimiento" y la posterior "conquista" a que fue objeto por parte de la codicia de quienes se creían dueños del mundo. Dada su ubicación geográfica, los tupíes quedaron al arbitrio de los portugueses y los guaraníes sometidos a los españoles.
Sin embargo, mientras que la lengua tupí ingresó a una paulatina decadencia, en lo que hoy es el sur y este de Brasil, el guaraní adquirió una notable fortaleza en las zonas en las que aún hoy es hablado. Los guaraníes ofrecían sus hijas a los españoles, como prueba de amistad, y éstos, que vinieron inicialmente sin mujeres de España, tomaron varias esposas cada uno. Así nacieron los mestizos, productos del linaje cruzado. Cada uno de estos mestizos aprendía el guaraní de su madre y el español de su padre. De esta manera, la lengua guaraní empezó a cobrar importancia, para desesperación de los conquistadores, y los guaraníes se hacían cada vez más sedentarios al ser la agricultura la principal actividad económica, impulsada por los visitantes.
Los mestizos se desenvolvían mejor en guaraní, ya que era la lengua nativa de sus madres y de la mayor parte de su parentela, y utilizaban el español sólo en los actos protocolares con sus jefes españoles.
El idioma guaraní, otrora exclusivamente oral, iba conociendo la escritura de manos de los españoles, aunque lógicamente haya sido de manera muy ineficiente, ya que se intentaba representar, mediante el alfabeto español, sonidos del guaraní que aquél no poseía: en este sentido hubieron muchas divergencias. Pero entre los franciscanos, y más tarde, y especialmente, entre los jesuitas, vinieron filólogos que empezaron a moldear la escritura del guaraní, estudiando su morfología y sintaxis, elementos mucho más enriquecedores de una lengua que la notación de su grafía.
Resulta fundamental la labor de las misiones jesuíticas, que educaron al pueblo guaraní y lo ampararon de la esclavitud. Durante 160 años, lograron consolidar varios dialectos en una sola lengua general. La enseñanza de las artes y las ciencias para los guaraníes era dada en guaraní, siendo el latín y el español sólo materias más. También los indios guaraníes aportaron a nuestra cultura. Dado su amplio conocimiento botánico, el guaraní ocupa hoy el tercer lugar en cuanto al origen etimológico de los nombres científicos de las plantas, detrás del griego y del latín.
Pero tanta difusión del conocimiento por parte de los jesuitas, a más de promover la resistencia de los pueblos guaraníes, no fue bien vista por la corona española, que veía amenazados sus intereses económicos por el grado de culturización que adquirían los indígenas. Entonces, fue ordenada la expulsión de los jesuitas de estas tierras.

Tras la independencia 
El 1811 se independiza el Paraguay, sucediéndose también por aquel entonces las distintas independencias latinoamericanas. Los distintos gobiernos que se sucedieron en la recién nacida República, no fueron favorables a la presencia del guaraní en la vida oficial. La enseñanza y educación en general debía darse sólo en español, y todos los libros, periódicos y revistas, asimismo, debían de imprimirse sólo en español. Así el guaraní quedó relegado a la oralidad.
Sin embargo, el guaraní sobrevivió como resultado de la fidelidad de sus hablantes que se resignaron a acompañar a una pequeña elite gobernante. Empezaron a surgir distintas manifestaciones en la lengua nativa desde poesía hasta teatro, y aparece el “yopará” (mezcla con el español) que infelizmente, poco a poco irá reemplazando al guaraní castizo.
Por fin, la Constitución Nacional paraguaya de 1967 reconoce la existencia del guaraní, pero el idioma oficial sigue siendo el español. Aún así, empieza lentamente una difusión oficial del idioma. Años después algunos institutos empiezan a enseñarla con el apoyo del Ministerio de Educación, a lo que seguiría en la enseñanza media como materias complementarias, y los políticos de turno utilizaban por doquier –tal como hoy– el yopará en sus campañas proselitistas.
En 1989 Paraguay sale de una larga dictadura, y la siguiente Constitución Nacional (1992) ya reconoce al guaraní como idioma oficial del país, en un mismo nivel que el español. Inmediatamente se implanta su uso obligatorio en la educación escolar básica, y luego en el nivel medio, con una educación bilingüe. El guaraní ha sido debidamente reconocido.

“Es preferible aprender un idioma nuestro, que sea auténticamente latinoamericano, que intercambiar expresiones e ideas con ropajes ajenos. Europa contiene decenas de idiomas oficiales hasta de regiones cuya población no sobrepasa el millón de habitantes. ¿Por qué aquí no se le da la atención debida al guaraní, ya que otros idiomas nativos han ido caducando? América Latina tiene la oportunidad de dar ejemplos al mundo. Esta atención concedida al guaraní no significa el abandono gradual del portugués o el español en los países del Mercosur, sino una manera de dar voz a una de nuestras raíces, la indígena, y valorizar lo propio sin ningún sentimiento de atraso o culpa. Los países llamados “desarrollados” tendrán que aprender el guaraní y respetar el espacio cultural latinoamericano.” Bruno Perón Loureiro, periodista


Cada vez que desaparece una lengua nos hacemos más pobres y homogéneos, la interculturalidad es uno de los mayores tesoros de la raza humana. No obstante, por otro lado, la autodenominación étnica original de los hoy llamados guaraníes es avá, que significa "hombre", palabra etnocéntrica que rebajaba a la categoría de "no-hombre" a las otras etnias indígenas. Es muy estúpido caer en la ingenuidad de que como “la historia la escriben los vencedores”, el “oprimido” es "bueno en toda su integridad".





Fuente: 

-http://www.datamex.com.py/guarani/marandeko/breve_historia.html
-http://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_guaran%C3%AD

Para saber más sobre el guaraní en la actualidad:

-http://ea.com.py/paraguay-200-anos-de-dependencia-y-racismo/


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